Entrevista con la Diosa Dragón - Parte 12: El Lamento del Avatar

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Procedí con mi siguiente pregunta. - ¿Ha existido alguna vez una civilización que mejoró tanto en ciencia que se destruyó a sí misma accidentalmente?

Draxenath se repitió a sí misma la pregunta un par de veces mientras lo pensaba. Después de unos pocos minutos sus ojos se iluminaron. - Tengamos nuestro asado afuera en el mundo, hay un lugar que necesitas ver por ti mismo. - Tomó el asador con la res rostizada y abrió un portal. Noté que la carne ya estaba a término medio, se había cocinado mucho más rápido de lo que esperaba, probablemente debido al fuego mágico azul del asador.

Entramos al portal y fuimos transportados a unas ruinas. Las plantas y animales ya habían hecho su hogar en ellas. Draxenath puso el asador en el suelo y se recostó en la hierba, luego siguió hablando.

- Estas son las ruinas de Curiosity, la ciudad más avanzada tecnológicamente antes de mi ausencia. Adoraban a Humenalia, la esposa de Amaxis más que a cualquier otra deidad. Como dije antes, ella era muy curiosa e inteligente, y constantemente cuestionaba su conocimiento y lo ponía a prueba y experimentación. Mencioné antes que sufrió mucho cuando los demás dioses abusaban de Amaxis, se sintió impotente por un tiempo, pero después investigó maneras de protegerlo y darle una ventaja. Amaxis tenía ideas de las herramientas y armas que necesitaba, pero fue Humenalia quien adquirió el conocimiento científico y técnico para desarrollarlas. Él no podría haberlo hecho sin ella. Echa un vistazo alrededor, podrías encontrar restos de las maravillas que crearon. Yo estaré aquí esperando.

¡Estaba muy sorprendido, las leyendas decían la verdad, este lugar existió! Seguí la sugerencia de Draxenath y di un paseo por un rato. Había restos de paredes translúcidas, y constructos humanoides de material extraño que no era metal, madera ni piedra. Estaban rotos y no funcionaban. Sus caras, aunque deterioradas por el clima y el pasar de los siglos, se veían tan humanas y vivas que daba miedo, como ver a un cadáver reanimado por un nigromante. Sus entrañas tenían numerosas tripas de otro extraño material flexible, y dentro de éstas, más tripas semejantes pero de menor tamaño.

En las calles había vehículos arruinados, los cuales probablemente fueron saqueados después de que la ciudad fue destruida. Estaban construidos de materiales extraños también. Sus entrañas también tenían tripas parecidas a las de los constructos humanoides. Había también vehículos masivos parecidos a serpientes, llenos de asientos, capaces de transportar cientos o incluso miles de personas a la vez. Además de eso, había tantas cosas que no soy capaz de describir adecuadamente. Extrañas tablas con numerosos bultos pequeños que se hundían al presionarlos y regresaban a su posición original al dejar de presionar, pequeñas planchas y tabletas colgando de las paredes, su propósito todo un misterio para mí, y muchas otras cosas inimaginables.

Regresé al punto donde habíamos llegado, Draxenath estaba ahora sentada, y en su regazo descansaba su cabeza una bella mujer humana con piel pálida y cabello castaño cobrizo. Había decenas de pájaros posados sobre el cuerpo de la Diosa, trinando y cantando. Abrió los ojos, y los pájaros dejaron de cantar y emprendieron vuelo. - ¡Levántate, Avatar! - dijo la Diosa con una firme voz de mando. - Ya regresó y querrá escuchar tu relato de la caída de Curiosity. Mientras tanto, yo daré un paseo.

La mujer se levantó e hizo una reverencia a Draxenath. - ¡Como usted desee, Mi Señora! - dijo, mientras Draxenath se alejaba, los pájaros siguiéndola y reanudando su canción. Ahora fijó su atención en mí. Sus ojos color ámbar me miraban con interés.- ¡Has de ser alguien MUY especial! ¡Estuve más de mil años tratando de encontrar a Mi Señora sin tener éxito, para enterarme que un simple humano pudo sacarla de su escondite! ¡Y quiere que te cuente la historia de mi último gran fracaso, en el que perdí a nuestro esposo, casi mueren nuestros hijos y mis sueños y esperanzas fueron destrozados!

Me quedé sin palabras, no supe qué decir, solamente me quedé callado. La mujer arrancó algo de carne de la res rostizada y se sentó a comer. Entonces me hizo señas para que me sentara junto a ella dando unas palmadas al suelo. Hice como me pidió. Me miró mientras masticaba la carne y empezó a hablar. - Antes de contarte esa historia, pienso que necesitas conocer algo más de contexto. ¿Qué sabes acerca de Sari, el primogénito de Mi Señora? - me preguntó. - No conocía su nombre hasta que usted lo mencionó, solamente sé que fue traicionado y asesinado, pero nada más, no conozco los detalles. - le respondí. - Sari era una persona única, muy sabia y poderosa, no podría haber sido de otra forma, al haber sido criada por Draxenath y el segundo hijo de Amaxis. - dijo el Avatar. Me sorprendió dicha revelación.

Ella siguió hablando. - Amaxis estaba hecho para ser la inspiración de todos los demás dioses, pero en lugar de eso, fue el más odiado. Extrañamente, su segundo hijo no era como él. Era mortal, sin embargo era virtuoso, compasivo, y sentía empatía por los otros dioses y criaturas. Era bien querido por todos, incluso todos los dioses le tenían estima. Poco a poco se convirtió en lo que Amaxis debía ser: una inspiración y fuente de sabiduría para los dioses y mortales. Al mismo tiempo, el castigo que heredó de su padre se debilitaba. Despertó sus rasgos dracónicos y fue capaz de usar sus poderes divinos con más fuerza con cada día que pasaba.

- Se ganó el corazón de Mi Señora, y el mío también. Entonces ellos tuvieron a Sari. Como Avatar de Draxenath, tuve la oportunidad de vivir a su lado y darle más hijos. Me convertí en su esposa mortal. Nombré a Merealla, la más fuerte de nuestros hijos, como protectora de Sari. Sin embargo, la diferencia de poder era muy notoria. Merealla nunca pudo brillar ni sobresalir, siempre se vio opacada por el poder divino de Sari. El odio de Merealla hacia Sari creció con el tiempo, y entonces planeó la conspiración y traición que acabó con su vida e hizo que Mi Señora nos abandonara.

- Es mi culpa, cargo con ese peso en mi corazón, y he pasado estos años tratando de redimirme sin éxito. Evitar la destrucción de Curiosity fue la mejor oportunidad que tuve, y mi mayor fracaso directo pues también perdí a nuestro esposo.

Se veía muy frustrada. Traté de reconfortarla con algo de sabiduría humana. - Has vivido por un largo tiempo. Los humanos como yo tenemos una vida corta. Como tal, tenemos que entender que hay muy poco tiempo para sentirnos mal por nuestros fracasos, si no estamos listos para nuestra siguiente oportunidad la perdemos. Te esperan muchas oportunidades más, pues vives más tiempo, tan solo mantente preparada para cuando lleguen.

El Avatar no dijo nada por unos minutos, después decidió comenzar la historia. - Curiosity era una ciudad de ciencia y tecnología y el principal lugar de culto para Humenalia. Después de que Mi Señora nos abandonara, Humenalia decidió unirse a nosotros en liberar a los otros dioses, los esclavos y en oponerse a Amaxis. Ella y la gente de Curiosity desarollaron tecnología y armamento tan avanzado que podía matar a un dios.

- Nuestro plan era usar esas armas como ventaja para obligar a Amaxis a hacer lo que le pedíamos. Humenalia quería apoyar a su hijo lo mejor que pudiera, pero eso no significaba que tuviera intenciones de matar a su amado esposo. Nuestras demandas enfurecieron a Amaxis. ¿Cómo podíamos atrevernos a amenazarlo? Así que decidió destruir Curiosity él mismo. Nos unimos para defendernos. Éramos Humenalia, mi esposo, tres de mis hijos y yo.

- La pelea no fue como la habíamos planeado. Amaxis tenía toda la intención de matarnos. Sus ataques nos dejaron postrados a todos excepto a mi esposo. Era el único con el poder para hacerle frente, el único con posibilidades de vencerlo. La pelea fue larga y agotadora. Entonces Humenalia tomó a Amaxis por sorpresa y lo inmobilizó. Le pidió a mi esposo que los matara a ambos, atravesándoles el corazón con su arma, ese era su deseo. Él fue a la carga, con arma en mano, listo para dar el golpe de muerte, pero falló. No pudo matar a sus padres. Amaxis se liberó y le arrancó el corazón a mi esposo. Humenalia trató de inmobilizarlo de nuevo, pero él la venció. Usé la distracción para tomar a mi esposo e hijos y escapar. Humenalia probablemente fue aprisionada igual que los demás dioses. Curiosity fue destruida. 

- Huí a un templo subterráneo secreto que teníamos en un lugar oculto en la lejanía y puse el cuerpo de mi esposo en estasis mágica para preservarlo, en caso de que hubiera alguna forma de regresarlo a la vida de manera correcta. Mis hijos apenas se mantenían con vida, así que los puse en estasis mágica también., en diferentes templos ocultos dispersos alrededor del mundo.

Tenía una mirada sombría. - Así es como termina la historia para Athaldar el Demidios Invencible, Zohorone el Temible Nigromante, Athel el Feroz Cambiaformas, y Pram el Poderoso Príncipe Dragón. Y sigue la historia sin nada importante para Wallanime el Avatar Fracasado... ¿crees que aun haya oportunidad para mí?

Esa fue una sorpresa tremenda para mí, estaba sentado junto a Wallanime Draconia, y acababa de escuchar lo que le sucedió a sus tres hijos. - La Diosa parece muy orgullosa de usted y de sus tres hijos. Ella nunca la llamó fracasada ni la culpó por la muerte de Sari. Ella nunca habló mal de usted en nuestra charla. Incluso se preguntaba si usted la perdonaría algún día por abandonarla. Más que preocuparse por los fracasos de usted, estaba preocupada de haberle fallado ella a usted.

Su mirada era menos sombría que antes. - Es usted muy gentil. Necesitaba escuchar eso desde hace tanto tiempo... comamos algo más, después averigüemos a dónde se fue Mi Señora. - dijo ella.

-- Gracias a Nick Cold por enviar la pregunta. Seguimos abiertos para más preguntas enviadas por los lectores. --

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