Entrevista con la Diosa Dragón - Parte 11: Los Tres Hermanos
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- ¿Qué me puede contar acerca de los hijos de Wallanime? - Fue mi siguiente pregunta.
- Su hijo favorito se llamaba Zohorone. - Respondió Draxenath. - Aunque nació con poder mágico, estaba interesado en los métodos humanos de magia. Su sed de conocimiento lo llevó por un camino muy oscuro.
- ¡¿Zohorone, El Primer Nigromante?! ¡Es toda una leyenda! Muchos han tratado de seguir sus pasos, pero es difícil saber cuánto de la leyenda es real y cuánto es meramente adornos para embellecer el relato. ¿Podría ser tan amable de develar sus verdaderos logros? - Pregunté.
- Se sumergió en los misterios de la vida y la muerte, - continuó - haciendo horribles experimentos que molestaron incluso a Samsara. Entre sus descubrimientos estaban la reanimación de cadáveres, y los medios para transferir su consciencia a ellos, incluso a más de uno a la vez. También podía invadir las mentes de los vivos y ejercer su magia en ellos de la misma manera.
- He escuchado las leyendas de que el ejército de Draconia incluía muertos reanimados que eran excepcionalmente coordinados entre ellos. Dichas leyendas cuentan que se multiplicaban como una enfermedad, que cualquiera que moría en sus manos se levantaba como uno de ellos.
- Efectivamente, formó ejércitos de esa manera. Incluso en el extraño caso de que los cadáveres reanimados no pudieran matar a sus víctimas, el contacto con ellos le permitía a Zohorone usar su magia para acabar con sus vidas y reanimar sus cuerpos.
- Eso es muy perturbador. Me empiezo a preguntar, ¿cómo podían conciliar el sueño los enemigos de Draconia? - Comenté, - ¿Y qué sucedió con Zohorone? No hay leyenda ni registro histórico que mencione su muerte, es como si hubiera desaparecido un día.
- No me sorprende. - dijo. - Zohorone se retiró a un lugar inhóspito para continuar sus estudios sin ser molestado. Aun podría estar con vida, pensando en nuevas formas de manipular la vida y la muerte y volverse verdaderamente inmortal.
- La inmortalidad es una meta que muchos han perseguido sin éxito, pero pienso que si hay alguien con oportunidad de lograrla, es él. Cuénteme acerca de otro de los hijos, por favor. - le pedí.
- El mejor cambiaformas entre sus hijos era Athel. - respondió. - Amaba a las criaturas peludas y pasaba mucho tiempo con ellas, tomando su forma y aprendiendo de ellos. Se ganó una cantidad considerable de seguidores, especialmente entre los félidos, cánidos y glirianos. A menudo asumía formas que combinaban características de múltiples criaturas, así como de su forma dracónica.
- He escuchado ese nombre antes... hay leyendas acerca de un reino salvaje, habitado por bestias más grantes y fuertes de lo ordinario. A veces se aventuraban a las villas y ciudades y se llevaban el ganado. Athel era el nombre de su rey, se le describe en muchas leyendas diferentes como un monstruo con un cuerpo compuesto de diferentes partes de animales, de las cuales la única información consistente es que tenía alas emplumadas y escupía fuego. Es considerado un protector de todas las criaturas cubiertas de pelo. - Comenté.
- Esas bestias extraordinarias son sus hijos. - Agregó Draxenath. - Se apareó con muchas especies diferentes, se estaba divirtiendo mucho con las criaturas peludas en más de un sentido, ese muchacho tan travieso. Los humanos trataron de matarlos a él y a su ejército pero fracasaron. Continuó dando asedio a las villas y ciudades, alejando a los humanos. Reclamó todo ese territorio para su reino. Eventualmente, los humanos decidieron mudarse tan lejos de ese territorio como les fue posible.
- No esperaba eso. - Comenté. - Tampoco hay leyenda ni registro de su muerte, así que he de suponer que aun podría estar vivo. ¿Qué puede contarme acerca de Pram de Draconia, además de lo que ya dijo?
- Era muy disciplinado, un guerrero y estratega formidable. Heredó la sed de humanos de su madre. En el campo de batalla, les arrancaba la garganta a sus oponentes ya sea con las manos o con los dientes para así beber su sangre. Dejó a su padre y fundó Flameside como un reino propio. Peleó contra los ejércitos de vampiros y humanos durante años. Siempre admiró a mi... a mi primogénito. - Un nudo en la garganta la interrumpió por un breve momento, después dejó salir un largo suspiro. - Era un jovencito admirando y tratando de emular a su heroe... estaba devastado después de la muerte de mi hijo. Esa es probablemente la causa de que bajara la guarda y fuera herido, y muy probablemente también la razón de que nunca volviera a salir de sus aposentos.
Draxenath permaneció callada por un momento, después habló de nuevo. - Todos ellos eran hijos de Athaldar también. Sus otros hijos también son especiales de una manera u otra, pero ellos tres son los que dejaron huellas más profundas en el mundo.
Su expresión se había endurecido. Tuve la corazonada de que estaba pensando en alguien, ¿una oveja negra entre ellos, quizás? No me atreví a preguntar.
-- Gracias a Hada Kikio Black House por enviar la pregunta. Seguimos abiertos para más preguntas enviadas por los lectores. --
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- ¿Qué me puede contar acerca de los hijos de Wallanime? - Fue mi siguiente pregunta.
- Su hijo favorito se llamaba Zohorone. - Respondió Draxenath. - Aunque nació con poder mágico, estaba interesado en los métodos humanos de magia. Su sed de conocimiento lo llevó por un camino muy oscuro.
- ¡¿Zohorone, El Primer Nigromante?! ¡Es toda una leyenda! Muchos han tratado de seguir sus pasos, pero es difícil saber cuánto de la leyenda es real y cuánto es meramente adornos para embellecer el relato. ¿Podría ser tan amable de develar sus verdaderos logros? - Pregunté.
- Se sumergió en los misterios de la vida y la muerte, - continuó - haciendo horribles experimentos que molestaron incluso a Samsara. Entre sus descubrimientos estaban la reanimación de cadáveres, y los medios para transferir su consciencia a ellos, incluso a más de uno a la vez. También podía invadir las mentes de los vivos y ejercer su magia en ellos de la misma manera.
- He escuchado las leyendas de que el ejército de Draconia incluía muertos reanimados que eran excepcionalmente coordinados entre ellos. Dichas leyendas cuentan que se multiplicaban como una enfermedad, que cualquiera que moría en sus manos se levantaba como uno de ellos.
- Efectivamente, formó ejércitos de esa manera. Incluso en el extraño caso de que los cadáveres reanimados no pudieran matar a sus víctimas, el contacto con ellos le permitía a Zohorone usar su magia para acabar con sus vidas y reanimar sus cuerpos.
- Eso es muy perturbador. Me empiezo a preguntar, ¿cómo podían conciliar el sueño los enemigos de Draconia? - Comenté, - ¿Y qué sucedió con Zohorone? No hay leyenda ni registro histórico que mencione su muerte, es como si hubiera desaparecido un día.
- No me sorprende. - dijo. - Zohorone se retiró a un lugar inhóspito para continuar sus estudios sin ser molestado. Aun podría estar con vida, pensando en nuevas formas de manipular la vida y la muerte y volverse verdaderamente inmortal.
- La inmortalidad es una meta que muchos han perseguido sin éxito, pero pienso que si hay alguien con oportunidad de lograrla, es él. Cuénteme acerca de otro de los hijos, por favor. - le pedí.
- El mejor cambiaformas entre sus hijos era Athel. - respondió. - Amaba a las criaturas peludas y pasaba mucho tiempo con ellas, tomando su forma y aprendiendo de ellos. Se ganó una cantidad considerable de seguidores, especialmente entre los félidos, cánidos y glirianos. A menudo asumía formas que combinaban características de múltiples criaturas, así como de su forma dracónica.
- He escuchado ese nombre antes... hay leyendas acerca de un reino salvaje, habitado por bestias más grantes y fuertes de lo ordinario. A veces se aventuraban a las villas y ciudades y se llevaban el ganado. Athel era el nombre de su rey, se le describe en muchas leyendas diferentes como un monstruo con un cuerpo compuesto de diferentes partes de animales, de las cuales la única información consistente es que tenía alas emplumadas y escupía fuego. Es considerado un protector de todas las criaturas cubiertas de pelo. - Comenté.
- Esas bestias extraordinarias son sus hijos. - Agregó Draxenath. - Se apareó con muchas especies diferentes, se estaba divirtiendo mucho con las criaturas peludas en más de un sentido, ese muchacho tan travieso. Los humanos trataron de matarlos a él y a su ejército pero fracasaron. Continuó dando asedio a las villas y ciudades, alejando a los humanos. Reclamó todo ese territorio para su reino. Eventualmente, los humanos decidieron mudarse tan lejos de ese territorio como les fue posible.
- No esperaba eso. - Comenté. - Tampoco hay leyenda ni registro de su muerte, así que he de suponer que aun podría estar vivo. ¿Qué puede contarme acerca de Pram de Draconia, además de lo que ya dijo?
- Era muy disciplinado, un guerrero y estratega formidable. Heredó la sed de humanos de su madre. En el campo de batalla, les arrancaba la garganta a sus oponentes ya sea con las manos o con los dientes para así beber su sangre. Dejó a su padre y fundó Flameside como un reino propio. Peleó contra los ejércitos de vampiros y humanos durante años. Siempre admiró a mi... a mi primogénito. - Un nudo en la garganta la interrumpió por un breve momento, después dejó salir un largo suspiro. - Era un jovencito admirando y tratando de emular a su heroe... estaba devastado después de la muerte de mi hijo. Esa es probablemente la causa de que bajara la guarda y fuera herido, y muy probablemente también la razón de que nunca volviera a salir de sus aposentos.
Draxenath permaneció callada por un momento, después habló de nuevo. - Todos ellos eran hijos de Athaldar también. Sus otros hijos también son especiales de una manera u otra, pero ellos tres son los que dejaron huellas más profundas en el mundo.
Su expresión se había endurecido. Tuve la corazonada de que estaba pensando en alguien, ¿una oveja negra entre ellos, quizás? No me atreví a preguntar.
-- Gracias a Hada Kikio Black House por enviar la pregunta. Seguimos abiertos para más preguntas enviadas por los lectores. --
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