Entrevista con la Diosa Dragón - Parte 7: Las Ciudades En Pleito

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- ¿Cuál sería el siguiente asentamiento más grande?

- No es exactamente un solo asentamiento, sino ocho ciudades, que se dice pertenecían a un solo reino. Conjuntamente se les llama Las Ciudades En Pleito. La población de cada ciudad individual es bastante uniforme en distribución racial. Hay una ciudad habitada principalente por humanos, otra por gigantes, otra por ungulanos, otra por félidos, una más por cánidos, otra por hombres insecto, otra por reptilianos, otra por avianos... no están muy lejos una de la otra, y aproximadamente en el centro de ese territorio hay un castillo en ruinas, donde se dice que un rey solía gobernarlas a todas.

Noté que la diosa estaba algo distraída. Después de un par de minutos me pidió que continuara. - Cada ciudad es muy diferente de las otras con diferente organización social y actividades. Forman una especie de sinergia entre ellas, dado que cada ciudad produce algo que las otras necesitan.

La diosa asintió. - Los humanos producen tecnología, los gigantes son mineros y herreros, los hombres insecto y los ungulanos son agricultores, los cánidos y félidos son cazadores, los avianos son carpinteros y cazadores, los reptilianos son metalurgos y sopladores de vidrio. ¿Acaso ha cambiado algo?

- No ha cambiado en nada. En lo que respecta a ese antiguo rey, las historias y leyendas son distintas en cada ciudad. De hecho, esas leyendas tan distintas son lo que ha evitado que se reunifiquen y han contribuido a los interminables pleitos. Las leyendas del Rey Centurión. Los humanos aseguran que era humano, los avianos que era aviano, los gigantes que era gigante, los cánidos que era un cánido, y así los demás. Cada leyenda cuenta cómo el Rey Centurión liberó a su gente de la opresión humana. Con respecto a la versión humana, cuenta cómo es que los unió a todos bajo la misma bandera.

Para entonces, noté el ceño fruncido de la diosa. - Me gustaría escuchar las leyendas. - dijo. Mi emoción no podía ser mayor en aquel momento. - ¿Conoce la historia real? A mi entender, es algo que sucedió hace más de mil años. Puedo contarle las leyendas, después me encantaría escuchar la historia real. - Draxenath asintió, permaneciendo en silencio. Procedí a relatarle las leyendas.

- Hay una especie de base común en todas estas leyendas. Empiezan de la misma manera: De tierras lejanas vino un guerrero, su fuerza tan grande como la de un ciento. Su nombre era Centurión. Su espada era ancha como un cuchillo de carnicero gigante, el mango adornado por dos dragones enredados, su aura fortalecía a los dignos y debilitaba a los indignos. Su peso era tan grande que nadie más la podía blandir. Montaba un dragón, pues un caballo no tenía la fuerza suficiente para cargarlos a él y a su espada. - Mientras dije esto, no pude evitar ver la espada de Draxenath... concordaba con la descripción. Ella asentía mientras yo la describía.

Decidí no hacer preguntas y continué. - Voy a empezar con la versión de los Gigantes. Un día, una mujer humana con brillante cabello carmesí compró una cantidad considerable de esclavos gigantes. Decía ser una princesa de tierras lejanas y que necesitaba a los esclavos para una tarea muy importante que requería de mucha fuerza. Los esclavos no esperaban que ella fuera la esposa de un guerrero gigante como ninguno que se haya conocido incluso hasta hoy. Este guerrero tenía piel clara y cabello dorado, ojos feroces, una nariz prominente, y era muy alto, incluso para un gigante, y su fuerza no tenía igual, le llamaban Centurión el Valiente. - Draxenath estaba sonriendo de manera muy inusual. ¿Le causaba gracia? Parecía otra cosa. ¿Nostalgia tal vez? No podía saberlo con certeza. Tal vez le parecía gracioso que esa descripción general también coincide con ella.

- Entrenó a los esclavos en lucha, enseñándoles a usar su tamaño y poder de manera más efectiva. Pronto, estaban listos para la tarea principal que tenía para ellos. "Hoy, se van a ganar no solamente su libertad sino la de nuestros semejantes también. Sabemos cómo usar nuestra fuerza y tamaño, las herramientas y máquinas humanas no nos detendrán, las usaremos contra ellos para aprovechar aun más nuestra ventaja natural."

El ejército marchó a los asentamientos humanos, uno tras otro, usando las mismas tácticas: Centurión exigía al gobierno que se sometiera a él y a sus nuevas leyes las cuales otorgaban a los gigantes libertad e igualdad. Los asentamientos que no se sometían eran aplastados por su fuerza. Los vampiros cayeron ante el filo de su espada, y los humanos fueron abrumados por su fuerza bruta. Incluso los Avatares de Amaxis caían, marchitándose y pudriéndose mientras los cortaba con su poderosa arma, El Carnicero Divino, una espada creada para castigar a los dioses malvados. - Draxenath asentía una y otra vez mientras contaba esta parte.

- Se formó una nación, y Centurión fue coronado como su rey. Conforme acumulaba poder y territorio, su ejército crecía y se nombraba a nuevos caballeros. Cometió el error de nombrar a un humano llamado Malchen como Caballero Campeón. Sir Malchen era astuto, como lo peor de la escoria humana. Envidiaba las riquezas de Centurión, e incluso a su esposa, así que lo traicionó. Sedujo a la esposa de Centurión, y cuando su aventura fue descubierta, escaparon juntos, dejando al Rey Centurión con el corazón roto. Perdió su voluntad de luchar, y El Carnicero Divino se quedó sin filo. Perdió el apetito y rápidamente se debilitó y murió. Esta historia nos enseña que los humanos son cobardes traicioneros y no merecen nuestra confianza. - Ella no asintió como en la parte anterior. Resoplaba y mostraba señales de desacuerdo constantemente.

- Contaré ahora la versión Aviana de la leyenda. Hace mucho tiempo, la mayoría de los Avianos habían sido esclavizados por los humanos. Usaban redes, jaulas, grilletes, cuerdas y otras herramientas para evitar que volaran muy lejos. Eran usados como trofeos, mascotas, para mantener a los humanos calientes con sus plumas, y también para trabajar como esclavos en lugares altos. Esto cambió cuando una mujer humana con cabello rojo brillante compró un gran número de esclavos avianos para construir un castillo en un alto risco. Una vez en el risco, los esclavos conocieron a su nuevo amo, un poderoso aviano de brillante plumaje dorado, poderosas garras y vista tan aguda que podían ver más allá que cualquier otro. Sus alas eran tan fuertes y su cuerpo tan resistente que podía volar cien veces tan alto como otros avianos. Su nombre era Centurión el Benevolente. - Draxenath me daba esa misma extraña sonrisa, me seguía desconcertando. De nuevo la descripción general concordaba con ella.

- Construyeron  el castillo, y al mismo tiempo, Centurión los entrenó en combate aéreo y los armó con los ahora bien conocidas lanza saetas avianas, creadas mediante tecnología humana, tomando en cuenta la anatomía aviana. El día que terminaron de construir el castillo, invocó a los avianos para la tarea principal que tenía para ellos. "Fuimos creados para ser libres. Sueño con el día en que todos los avianos surcarán los cielos en completa libertad. Sueño con un día en este mundo actualmente lleno de humanos que tratan a todos como inferiores y como objetos de su propiedad, un día en el que nuestros hijos podrán estar juntos de la mano con los hijos de los humanos y sean visto por ellos como sus iguales. Veremos los cerros y montañas desde arriba, los lugares escarpados y senderos retorcidos no serán obstáculo para nosotros. Y la gloria de nuestra Diosa, la Defensora de la Libertad, será revelada. Será éste el día en que nuestros hijos podrán cantar con un nuevo son 'Mi hogar, bella tierra de libertad, para ti es este canto. Tierra en la que mis padres lucharon, en la que mis padres murieron para que la libertad resuene en todo rincón'. ¡Luchemos para liberar a nuestros semejantes!" - Noté que Draxenath disfrutó el discurso, estaba sonriendo y un par de lágrimas salieron de sus ojos mientras lo recitaba.

- Las tácticas de guerra descritas eran básicamente las mismas que en la versión de los gigantes, exigirles que se sometieran o ser conquistados, pero en vez de fuerza bruta, habla de su gracia para el vuelo e inigualable puntería. La mención del Carnicero Divino permanece casi idéntica. - Draxenath asintió. - El nombramiento del caballero humano Sir Malchen y cómo huye con la esposa de Centurión se queda igual. - La diosa se mantuvo en silencio, mostrando señales de desacuerdo.

- Respecto a la versión reptiliana, comienza con la mujer pelirroja apoderándose de una compañía metalúrgica por la fuerza. Es una de las pocas leyendas que habla de ella en un poco más de detalle. Cabello rojo brillante, carácter fuerte, y ojos dracónicos. Para no alargar el cuento, los hizo trabajar en aleaciones metálicas para fabricar armamento para el ejército de su esposo, un guerrero reptiliano con escamas doradas, llamado Centurión el Cortés. Les enseñó a pelear con una variedad de armas, mismas tácticas de guerra, hablan de su habilidad con muchos tipos de armas. La parte acerca del Carnicero Divino es igual. - Draxenath asintió de la manera usual. - La historia de Sir Malchen en su mayor parte no tiene cambios, con la única diferencia de que escapa solo y la esposa de Centurión se suicida, el resto permanece igual. - Para esta parte, la diosa levantó una ceja pero no dijo palabra alguna.

- La versión de los Ungulanos dice que la mujer pelirroja compró una plantación muy grande donde trabajaban esclavos ungulanos, mientras que un guerrero ungulano de pelaje dorado y cuernos formando una corona, llamado Centurión el Sincero, los entrenó en combate con sus cuernos, cascos, al igual que lanzas, picas y hachas. Mismas tácticas de guerras, menciona que sus embestidas eran imparables. El resto es lo mismo. - De nuevo, tenía esa sonrisa que no logro entender, y esta versión tiene otra similitud con ella, el color dorado y los cuernos formando una corona. - El resto de la leyenda es igual que la versión de los gigantes. - Mostró de nuevo señales de desacuerdo.

- La versión de los Félidos cuenta de la compra de esclavos félidos pro la misma mujer, describe a Centurión el Honorable como un guerrero félido con pelaje dorado, poderosas garras y ojos feroces. Los entrenó en sigilo y combate con sus garras y mordida. La parte acerca de las tácticas de guerra menciona sus rápidos reflejos y poderosas garras. - De nuevo me encantaría entender el significado de su sonrisa. Más similitudes con ella. - La parte acerca de Sir Malchen dice que escapó solo, la esposa de Centurión se suicidó para expiarse de su infidelidad, y Sir Malchen fue cazado y devorado. El resto de la leyenda permanece sin cambios. - La diosa levantó una ceja de la misma manera que lo hizo al final de la versión reptiliana.

- La versión de los Cánidos es muy similar a la de los Félidos. Centurión el Leal es descrito como un guerrero cánido con pelaje dorado, ojos llenos de sabiduría, y una mandíbula llena de afilados dientes. Lo reconocen como un guerrero muy astuto y un gran líder, con un gran sentido de trabajo en equipo y tácticas de manada. - Draxenath estaba asintiendo otra vez, con su sonrisa usual. - El resto de la historia es el mismo que en la versión de los Félidos. - Draxenath se mostró inexpresiva esta ocasión.

La versión de los Hombres Insecto es sumamente distinta a las otras. Habla de una reina Mujer Insecto llamada Centuria La Justa, y la mujer pelirroja de las otras versiones es su hermana adoptiva. Esta versión menciona un sirviente descendiente de dragones también, al cual Centuria con cariño llamaba "Pequeño Diablo". Esta versión dice que un día comandó a todos los Hombres Insecto a rebelarse y seguirla para pelear por su libertad. Menciona que comandó una fuerza que consistía de guerreros de todas las demás razas, y que los más fuertes recibían el nombramiento de caballero.

- Todos estos caballeros amaban a la Reina Centuria y darían la vida por ella. La hermanastra de Centuria estaba enamorada de un guerrero llamado Malchen, y lo convenció de ayudarles en su lucha. Malchen avanzó en los rangos y finalmente fue nombrado Caballero Campeón, y esto molestó a todos los demás caballeros. Para empeorar las cosas, estaba enamorado de Centuria, y ella le correspondía su amor.

- Una traición estaba en movimiento. Con la ayuda de los otros caballeros, la hermanastra de Centuria secuestró a Malchen, esperando seducirlo y ganarse su corazón. Los caballeros le dijeron a Centuria que los dos habían tenido una aventura y escaparon juntos. Centuria fue tras ellos y finalmente confrontó a su hermanastra. Centuria fue asesinada por ella a sangre fría mientras los caballeros observaban. No estaban preparados para eso y no pudieron hacer nada para salvarla. Abrumados por la vergüenza y la deshonra, la mayoría de los caballeros le construyeron una tumba, y se suicidaron durante el funeral. No se sabe nada del paradero de la hermanastra, mientras que de Sir Malchen se dice que se fue lejos, llevándose el legado más valioso de Centuria: su único hijo. - Durante la narración, Draxenath se mantuvo en silencio e inexpresiva.

- La versión humana no tiene mucho qué contar, habla de un guerrero humano llamado Centurión El Fuerte, su visión de una sola nación donde todos serían libres, un lugar donde los sueños de todos podían cumplirse. El lugar donde todos querrían vivir sin importar su raza, y cómo funcionaría. Al final de la leyenda, Centurión es asesinado por todos sus caballeros, ya que cada uno de ellos le tenía envidia y querían ser rey. - Draxenath permaneció tan silenciosa como con la versión anterior.

Se veía muy cansada, como si su depresión hubiera regresado, más pesada que nunca. - El Rey Centurión... es un personaje inventado. Están avergonzados de la verdad. Hubo un líder al que todos ellos amaban, uno que dio todo por ellos, y cuando ese líder quiso buscar un poco de felicidad personal, los intereses egoístas de los demás le causaron la muerte y la caída de su reino. Ahora siguen adelante, negando lo que pasó en verdad, atribuyendo las hazañas de este líder a un rey ficticio que murió de un corazón roto, excepto por las dos versiones que hablan de asesinato... - Su voz se quebró durante las últimas palabras y empezó a llorar en silencio.

Traté de hilar todo, y fue en ese momento cuando comprendí... el personaje central de todas estas versiones de la leyenda guardan una fuerte semejanza con Draxenath, e incluso El Carnicero Divino se parece a la Espada Matadioses. Revisé mis notas de la entrevista para confirmar esta cita: "Envié a nuestro primogénito a liberar a los esclavos mientras yo trabajaba en liberar a los otros Dioses. Muchos mortales fueron liberados y formaron una nación propia, con mi hijo como gobernante. Pero entonces, lo traicionaron. Lo que el mundo tenía como más sagrado y poderoso se ha desangrado bajo los cuchillos de ustedes, mortal. ¿Quién borrará de ustedes esa sangre? ¿Qué agua podrá purificarlos?". Esa sonrisa de antes, ¡era orgullo de madre! ¡Estaba seguro de ello!

No pude evitar preguntar. - La persona de la que hablan estas leyedas... ¿acaso era su hijo? - Draxenath movió la cabeza de lado a lado. - Desearía que alguno de mis hijos hubiera sido tan grande. Desafortunadamente no... cambiemos de tema, por favor. - Asentí, pero esa última respuesta que me dio no me convenció del todo.

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